sábado, 30 de agosto de 2014

EPILOGO

 
Pedro
 
Cinco años después…


Es un hermoso día soleado y decidimos llevar a Harley  y Hendrix en nuestras motos algunas noches a la cabaña de
la playa antes de que empiecen la escuela. Miro atentamente como Paula está preparando a nuestra hija Harley poniéndole al casco y ubicándola en el asiento de su propia Harley Davidson personalizada violeta oscuro. Se la regalé en nuestro quinto aniversario de boda. Paula jodidamente enloqueció, saltando como una niñita. ¡Jodidamente le encantó! Sé lo mucho que ella ama montar la mía, así que le conseguí un par de lecciones y obtuvo
su licencia de motorista.



Ahora, aquí estamos en nuestro primer viaje largo junto a los niños en nuestras motos. Ella camina hacia nuestro hijo Hendrix y con cariño coloca un casco en la parte superior sobre la mata de rizos marrones y luego lo sube sobre mi moto. Lo agarro y lo pongo en el asiento de adelante de mí.  


Me inclino hacia Paula y le doy un beso.


Froto mi mano por su brazo vestido de cuero, y agarro su mano tirando de ella hasta mi boca. Beso la parte interna de su muñeca mientras inhalo su familiar esencia. Hasta hoy, no puedo oler manzanas sin ponerme duro.


Dejo caer su mano en mi muslo, la muevo de un tirón por lo que su palma esta hacia arriba. Mis dedos trazan el tatuaje en su muñeca que es idéntico al mío. En una simple letra negra están las palabras “para siempre”, con la fecha de nuestra boda y la fecha de nacimiento de nuestros hijos abajo.


Paula mira abaja nuestras manos con una malvada sonrisa sexy. Luego inclina su cuerpo caliente contra el mío y susurra:
- Tan asombrosos como son nuestros hijos, realmente extraño tener un bebé en la casa.


-  ¿Qué estás diciendo, nena? - pregunto esperando que ella esté pensando lo que yo estoy pensando.


- Quiero tener otro bebe, Pedro - dice con una sonrisa de muerte en su adorable rostro. Solo el pensamiento de su vientre redondo con mi hijo otra vez, me pone instantáneamente duro como una roca.


- ¿De verdad? - pregunto esperanzado.


- Sí, Pedro, de verdad.  


Salto de la moto con cuidado para no golpear a Hendrix y pongo mi hombro contra su estómago, alzándola sobre mi hombro. Sí, sé que soy una especie de cavernícola, pero ella saca eso de mí.


- Viaje cancelado - le digo a los niños corriendo con Paula hacia la casa.


Los niños comienzan a reír mientras me observan cargar a su madre.


Pedro bájame. Se lo prometimos a los niños - dice riendo tan fuerte que resopla. Cristo, amo a esta mujer.


- No puedo esperar, Nena. Me tienes tan duro ahora mismo que podría usar mi pene como un jodido martillo - le digo


Pedro tenemos toda la noche, guapo. Espera que lleguemos a la cabaña y haré que valga la espera  me promete con su voz sexy, la cual no ayuda a que este menos duro. De mala gana me detengo y pongo sus pies
de vuelta en el suelo.

Paula sigue siendo la mujer más jodidamente hermosa en la que he puesto mis ojos, y confía en mi  he visto mi parte justa de mujeres. Incluso después de todo este tiempo, la anhelo como mis pulmones anhelan el oxígeno, cada segundo de cada día. He tenido muchos polvos de una noche,pero nunca tuve toda la cosa del amor. Hasta el día que Paula entró a mi bar,luego fui un caso perdido. Todas las otras mujeres dejaron de existir para mí. Caí duro por ella. Infierno, para ser honesto conmigo mismo, me enamoré de ella cada vez que puse mis ojos en ella.


Lo gracioso es, que cuando vi a esta chica correr contra un poste de luz y caer a tierra supe que sería lo suficientemente afortunado para pasar el resto de mi vida con ella. Un hombre no podía ser más afortunado. Paula es el amor de mi vida, la madre de mis hijos y una jodida salvaje en la cama con un alter ego de G.I Jane. ¿Quién puede pedir más?


Ha pasado mucho desde que nos conocimos y no estaba seguro de que sobreviviríamos a todo, pero aquí estamos.


Los días que le siguieron a la noticia de embarazo de Paula, luché con lo que tenía que hacer. Dios, como quería ser el hombre que ella merecía y el padre que mi hijo merecía, pero no era ese hombre. Era un maldito cobarde y tomé la decisión de dejarlos. 

Solo estuve fuera un par de días y estaba sufriendo, realmente mucho.


Me di cuenta de que no podía hacerlo. No era el mejor hombre después de todo. Era egoísta. Tenía que estar con ellos; no, necesitaba estar con ellos.



Ambos estábamos acostumbrados a estar solos sin nuestras familias, pero aquí estaba finalmente con la suerte de poder tener una familia otra vez.


Sólo esperaba no haberlo jodido todo y que Paula no hubiera abandonado la ciudad con Pato y Karen.


Antes de volver a Del Mar, me detuve en una joyería Tiffany y compré un sencillo pero precioso anillo de platino. Me la imagine diciendo sí y poniéndolo en su pequeño y delicado dedo. Sonaba como el jodido cielo para mí. Nada me haría más feliz que pasar el resto de mi vida con esa increíble mujer.


Finalmente regresé a la ciudad luego de haberme ido por cinco días e inmediatamente fui a nuestra casa buscándola. No estaba ahí, pero sus cosas aún lo estaban, así que me dirigí al hotel en el que sabía que Karen y Pato estaban alojadas. No estaba allí tampoco y ellas nos sabían dónde
estaba.


Patricia me dijo que ella había ido al hospital a una cita con el médico, pero nunca apareció por ella. Traté de llamarla al celular, pero ella no estaba contestando. Iba directamente al buzón de voz. Habían contactado a la policía y no había nada que pudieran hacer hasta que ella estuviera pérdida
por más de cuarenta y ocho horas. Los bellos de mi nuca se erizaron. Sabía que algo serio jodidamente malo estaba pasando.


Busqué en todos lados en los que pude pensar, pero ella no estaba. A la mañana siguiente estaba en la oficina de Wilde Ride, tratando de hacer un plan, cuando mi teléfono sonó. Mirando la pantalla, decía “Llamada desconocida” .Contesté con un :- Dime.


Una voz contestó con :- Sé dónde está Paula - me dijeron su localización, y luego ya sabes el resto de lo que pasó ese fatídico día. Apestó bastante recibir una bala en el pecho, pero lo haría otra vez sin pensarlo un segundo, si eso significa salvar a alguien que amo.


Puedo recordar despertarme en el hospital y no ser capaz de hablar por el jodido tubo de respiración bajando por mi maldita garganta. Miré arriba aterrorizado y el primer par de ojos con los que hice contacto fueron los maravillosos ojos marrones de Paula. Estaban llenos de lágrimas mientras me miraba y sentí sus dedos cuando acariciaban el dorso de mi mano.


Mis ojos bajaron y vi mi anillo en su dedo. Cuando la miré de vuelta y nuestros ojos se conectaron otra vez, ella asintió y simplemente dijo : - Sí.


 Esa pequeña palabra me hizo relajarme lo suficiente para que pudieran sacar el condenado tuvo de mi garganta. Dolió como un hijo de puta, pero me comporté como un hombre. 


Las primeras palabras ásperas que salieron de mi boca fueron :- Bésame. - Y que jodido beso fue. 

Cuatro meses después cuando ella me dijo :- Acepto.  Fue uno de los mejores días de mi vida. Nunca pensé que podría ser mejor, recordándola caminar por el pasillo en ese vestido blanco sexy como el pecado, pensé que iba a explotar. Mi pecho estaba tan apretado. Estaba esperando que algo lo arruinara, como todo lo demás en mi vida. Ahora que ella es mía, nunca dejare que nada le pase otra vez.


Luego Paula tuvo a mis niños. Ese fue el mejor día de mi vida. Recibí la llamada mientras estaba en Wilde Ride, atando algunos cabos sueltos antes de irme para pasar un tiempo con Paula. Había contratado a alguien para que trabajara en el bar porque ella estaba en reposo, tratando de mantener a los gemelos dentro tanto como fuera posible. Nunca estuve tan asustado en toda mi vida como cuando recibí esa llamada. Ella estaba de treinta y seis semanas de embarazo, así que no era muy pronto, pero seguía siendo pronto y era la primera vez que la dejaba desde que tuvo que hacer reposo. Odié cada segundo de ello.


Corrí a casa para verla acurrucada por el dolor. Pato y Karen estaban ahí dándole su apoyo. Pato estaba frotando su espalda y Karen estaba contando con ella y pasando a través de algunos ejercicios de respiración para hacerlo más fácil. Corrí hacia Paula, levantándola y llevándola a mi camión. Una vez que estábamos todos acomodados, nos dirigimos al hospital.  

Cuando llegamos, el TOCÓLOGO de Paula, el doctor Chaulk, nos apresuró a la sala de partos. Aparentemente Paula había estado en labor por bastante tiempo y no quería molestar a nadie en caso de que fuera una falsa alarma. El doctor dijo que si hubiésemos esperado más, ella hubiera dado a luz en casa.  

Me cambié con una bata verde y tuve que tomar unas que respirar profundamente antes de entrar a la sala de partos. 


No voy a mentir. Estaba completamente aterrorizado. 


Yo, Pedro Alfonso, iba a ser padre y me asustó
jodidamente sin sentido, pero aun así no podía esperar para ver por primera vez a nuestros bebés. Aparté toda esa mierda y entré, listo para darle a Paula todo el apoyo que necesitara.


El nueve de mayo de dos mil doce, a las doce y un minuto y a las doce y quince minutos, mi maravillosa esposa dio a luz a nuestros hermosos bebés. Ellos eran y todavía lo son la cosa más asombrosa que he visto. La enfermera me los dio, situándolos en cada uno en mis brazos y se los lleve hacia Paula y dije : - Hola mami - grazné, mi garganta encogida con emoción.


Me incliné y puse un suave beso en sus labios.


- Hola papi - replicó con lágrimas deslizándose por sus mejillas.


Podías oír la alegría y el cansancio en su voz. Se empujó hacia arriba en sus codos poniendo suaves besos en las cabezas de nuestros bebes. Maldición,amo a mi familia ferozmente.


Dos de las enfermeras ayudaron a Paula y los bebés a limpiarse y luego los instalaron en el cuarto. Alzando a mis pequeños milagros, coloqué a Harley y Hendrix  en brazos de su madre mientras salí a buscar a Pato y Karen.

 
Cuando entraron, me incliné hacia Paula y tome a Hendrix mientras ella sostenía a Harley y nos hicimos nuestra primera foto familiar. Tengo una copia de esa fotografía en todas partes. Colgada en el  bar, en mi camioneta y plegada en mi billetera. Esperé mucho tiempo  para tener una familia y no podía ser más feliz. Amo a mi esposa. Paula sigue dándome el mejor regalo posible, una vida feliz.


En cuanto a los que trataron de mantener separada a mi familia de mí,digamos que simplemente obtuvieron lo que se merecían.


El día que me dispararon rescatando a Ella, el departamento de policía de Del Mar hiso un allanamiento de los locales y otra propiedad. Obviamente encontraron algunas chicas que habían sido secuestradas y retenidas contra su voluntad  y encontraron un alijo de cocaína y heroína.


La mayoría de los miembros de Mayhem y los Devil’s Disciplines terminaron por unirse después de ser sentenciados a quince años de cárcel. 

Al principio, no podía soportar la idea de mantener el contacto con los tipos que planearon vender a mi mujer por sexo y matar a mis bebes, pero Gunner me contactó a través de una carta y quería que lo visitara  así podría explicarme sus acciones.  

Durante mi visita me dijo que Alex y los miembros de The Divil’s Disciples habían amenazado con torturarlos y matarlos y a sus familias, si ellos no estaban de acuerdo con los planes. Hicieron lo que tenían que hacer, para proteger a sus familias. Ya no puedo estar enojado con Alex por el papel que jugó en lo que le pasó a Paula porque el obtuvo su castigo, murió.


Mateo fue sentenciado a cinco años con posibilidad de libertad condicional después de tres años, por su intento de violación a Paula. No es jodidamente suficiente en mis libros. Si fuera por mí, el imbécil pasaría su vida. Él fue encarcelado en la misma prisión que mis hermanos.


Hace dos años, Paula recibió una llamada notificándole que Mateo estaba disponible para la libertad condicional y le dieron la opción de asistir a la audiencia y dar el testimonio de víctima. En esa época Paula se puso muy nerviosa y empezó a tener terrores nocturnos causando que gritara, despertando a toda la casa. Todos jodidamente sufrimos, mirándola revivir su trauma del ataque me Mateo.


Un par de días después de recibir esa llamada, fui a visitar a Gunner y arreglamos el golpe. Tres días antes de la audiencia, recibimos una llamada de la prisión informándonos que Mateo había sido degollado en su celda. 


El hijo de puta se desangró en el piso antes de que alguien lo encontrara, no podría haberle pasado a un tipo mejor. 


Paula durmió como un bebé desde entonces. Paula todavía tiene que preguntarme eso, pero estoy seguro de que
sabe qué parte jugué en su muerte. Si ella pregunta en el futuro, la respuesta es simple. Hice lo que tenía que hacer para proteger lo que es mío,mi familia.


Para Bruno, aparentemente el mensaje que envié fue recibido. Renunció a su trabajo y se mudó de vuelta con su mami y su papi. Me siento un poco mal por golpear al tipo por algo que Mateo hizo, pero seguía moviéndose en mi territorio. No podía saber eso, ¿verdad?


Miro hacia abajo con adoración a mi esposa y entrelazo nuestros dedos.


- Vamos a la carretera, nena. Cuanto más rápido salgamos antes llegaremos a la cabaña y podré meter tu hermoso trasero en la cama y empezar a hacer algunos bebés más


- De acuerdo, cariño. Te amo - dice.


- Yo también te amo - le contesto levantando su mano y besando el tatuaje en su muñeca.


- Para siempre - decimos juntos. Es como la cosa que nos decimos el uno al otro ahora.


Caminamos y saltamos en nuestras motos, moviendo a nuestros niños así están sentados en el asiento entre nosotros y el tanque de gasolina. Me inclino y hablo en la oreja de Hendrix:
- ¿Estás listo amigo? - Él asiente con su pequeña cabecita con el casco.

Echo un vistazo a mi esposa e hija. Ella está diciendo algo en la oreja de Harley. Harley me mira y me gesticula con los dos pulgares arriba. Ella y yo sonreímos mientras encendemos nuestros motores y salimos a nuestro viaje. 


Sip, la vida es jodidamente buena.



Fin

CAPITULO 32




Recordando

 
Cuatro meses más tarde...


Mirando hacia el lago desde la parte trasera de la casa por la ventana de la habitación, no puedo evitar recordar la
primera noche que Pedro me trajo aquí. De lo mucho que lo deseaba, pero al mismo tiempo estaba demasiado asustada de él.  


Levantando mi mano izquierda, miro el anillo con el que me comprometí con Pedro que usaría siempre. No era tanto por el anillo por lo que me estaba comprometiendo, sino porque que sería suya para siempre. Dios, lo extraño.


Mi cabeza baja y mis ojos se llenan de lágrimas cuando caen sobre mi muy embarazado vientre. Instantáneamente mis manos acarician mi barriga. No creo que pueda estar más sorprendida de lo que estuve cuando me enteré de que estaba embarazada, pero descubrir que estaba embarazada de gemelos fue una doble sorpresa.


La necesidad de salir es inmensa. Abro la puerta y camino hacia el lago, descalza ya mis pies están muy hinchados por mi embarazo. Mi largo vestido suelto blanco de tirantes, se arrastra en el suelo, por lo que recojo algo de la tela en una mano levantando el dobladillo para no tropezar con él.


Mientras camino, evoco la primera vez que conocí a Pedro y lo caliente que pensé que era y lo idiota que era entonces. 


Atesoro los recuerdos de nuestra primera vez juntos y cómo compartimos nuestras desgarradoras historias de la pérdida de nuestras familias entre nosotros y especialmente el momento en nos dijimos el uno al otro, “Te amo”. Hay tantos grandes recuerdos y amo cada uno de ellos.


Las lágrimas corren por mis mejillas cuando llego a mi destino al borde del lago. Bajo la mirada a la arena fría entre mis dedos y tomo una respiración profunda. Secando mis lágrimas, volteo a un lado y levanto la vista.


Los más bellos ojos azules me miran. Pedro. Dios, amo a ese hombre.



Cuando pienso en ese día hace cuatro meses cuando creí que lo había perdido, me estremezco. No ver nunca dentro de esos ojos azules de nuevo es demasiado insoportable para pensar. Incluso después de que había renunciado a él y pensado que se había ido, los paramédicos continuaron
trabajando en él sin descanso, hasta que pusieron su corazón a latir de nuevo.


Interrumpiendo mis pensamientos, se inclina hacia mí.


- Siempre tan hermosa - me susurra al oído.


 Tú también - le susurro de vuelta.  


Pedro anoche se quedó con Diesel, perdón, quiero decir en el departamento de Jose porque según Pato es de mala suerte ver a la novia el día de la boda. Así que ella se aseguró de que él estuviera fuera de la casa antes de la medianoche de ayer. Y puesto que es casi de noche otra vez y se pone el sol, ha pasado demasiado tiempo sin que viera su amado rostro. Le he echado mucho de menos.


- Me encanta la canción que elegiste para caminar hasta mí - dice.


- Tú la inspiraste. - Había escogido la canción "Beautiful With You" de Halestorm. Simplemente encaja. Nadie me hace sentir más bella que Pedro.  


Oigo un carraspeo detrás de mí. Dándome la vuelta, veo a Pato dándome una mirada matadora.


- ¿Vamos a poner este espectáculo en marcha o qué? - Risas estallan ante su comentario. Echo un vistazo detrás de Pedro y veo a su padrino, Jose, mirando a Pato tratando de contener la risa. Ella le mira fríamente a cambio.


Le entrego mi pequeño ramo de alcatraces a Paton. Luego reenfoco mi atención al atractivo hombre delante de mí. Viste un traje gris marengo sobre una camisa negra y corbata. Se ve increíblemente sexy y no puedo esperar para arrancárselo más tarde esta noche. Entrelaza sus dedos con los míos y coloca nuestras manos sobre mi vientre.


- ¿Lista, nena? - pregunta.


Asiento. 

- Siempre estoy lista para ti - le respondo. Me lanza una sexy sonrisa y sus ojos adquieren aquella mirada caliente que me derrite. Todo mi cuerpo arde mientras siento un rubor tomar el control de todo mi cuerpo. Las cosas que Pedro puede hacerme.  


Toda la ceremonia transcurre en un borrón mientras prometemos nuestro amor y devoción el uno al otro con nuestros propios votos contemporáneos. No somos una pareja tradicional, así que por qué intercambiar votos tradicionales. Nuestras manos permanecen en mi vientre
hasta que es hora de que intercambiemos las alianzas de boda de platino a juego. Una vez más, debido a mi embarazo, el mío queda un poco ajustado.


- Ahora les declaro marido y mujer. Puede besar a su novia - anuncia el Juez de Paz cuando finalmente intercambiamos el tradicional “Acepto”.


- ¡Demonios que sí lo haré! - grita Pedro. Gentilmente agarrando los lados de mi cara, me guía hacia él. Sus labios rozan los míos en el más suave beso amoroso, pero luego su lengua lentamente separa mis labios y entra en mi boca profundizando nuestro beso. Sus manos se deslizan por mi
cuerpo y me jala dentro de su cálido abrazo. Me derrito en sus fuertes brazos.


Siento sus cálidos labios apartarse y coloca su mejilla contra la mía.


- ¿Podemos enviar a todos a casa? Necesito estar dentro de ti ahora - gruñe en mi oído. Al instante siento ese familiar hormigueo pasar entre mis piernas.


Pedro, podemos esperar unas horas - digo sonriendo. Me encanta saber que tengo ese efecto sobre él. Que él me necesita tan desesperadamente que no puede esperar. Me siento de la misma manera.


Estoy segura de que estas pocas horas parecerán días, pero estoy segura de que podemos sacrificarnos por nuestros seres queridos.


Damos la vuelta para mirar al pequeño grupo de amigos y familiares que se han reunido para compartir este día especial con nosotros. Y si no fuera por ellos, esto no habría sido posible. Veo los sonrientes ojos de Patricia, Karen, John, que es el padrastro de Pato, Eva, que es la hermana de Pato, Sandra, Jose y Dario.


Los dos paramédicos, Brad y Jonny, quienes trabajaron tan duro para conseguir que el corazón de Pedro latiera de nuevo, rápidamente se han convertido en muy buenos amigos nuestros y también les invitamos a esta reunión íntima. Y por último, pero no menos importante, el Dr. Stone Ashford. Sin él, nada de esto sería posible. Sus hábiles manos ayudaron a quitar la bala alojada en el pecho de Pedro y a reparar cualquier daño que pudo dejar a su paso. Siempre estaré agradecida por todo lo que hicieron para asegurarse de que tuviéramos nuestro final feliz.


No puedo evitar notar la tensión sexual que aún rodea a Pato y Jose.


Esta es la primera vez que se ven desde hace cuatro meses. Cuando ella se enteró de quién era él en realidad ese día en el hospital, rápidamente se volvió explosiva. Me dijo que pensaba que era caliente como un motorista, pero una vez que se enteró de que él era policía, pensó que estaba aún más atractivo. Realmente se enfadó con él, porque si hay una cosa que a Pato no le gusta, es un mentiroso, pero creo que con el tiempo llegará a perdonarlo.


Los brazos de Pedro bajan, me levanta y comienza a caminar hacia la casa. Le veo hacer una mueca de dolor tan pronto como lo hace.


Pedro, bájame. Sigues herido, cariño - exijo. 


- Tengo que llevarte a cruzar el umbral, mi bella esposa. Sólo déjame hacer eso y luego te bajaré - dice.


Estoy a punto de decir está bien, cuando sus labios están presionados contra los míos otra vez, dándome suaves y gentiles besos de mariposa. Se aleja de nuevo.  


- Dios, jamás me cansaré de besarte - suspira. 


-Yo tampoco.  

En cuanto logramos llegar a casa, me baja. Puedo ver en sus ojos que todavía le duele, pero no lo admitirá. Todavía le queda mucho tiempo antes de que se recupere por completo de su herida de bala. Cree que es una debilidad. No estoy de acuerdo con él. Creo que muestra una gran fortaleza.
El resto del grupo se une a nosotros a medida que continuamos la fiesta hasta bien entrada la noche. Cuando todo el mundo ha bebido demasiado y han comido hasta caer en coma, poco a poco comienzan a irse.
 
 
Finalmente Pedro y yo estamos solos en la casa. Casi no puedo creerlo.


Somos marido y mujer y yo nunca había querido a nadie más. La única cosa que puede hacer nuestras vidas más perfectas es el día en el que daremos la bienvenida a nuestros Bebes a este mundo.  

Llevándome a nuestra habitación Pedro enciende la familiar canción que estaba sonando la primera vez que hicimos el amor "You and Me" de Lifehouse. Tomando mi mano nos guía hacia el lado de la cama. Se para detrás de mí con su pecho en mi espalda. Muy suavemente quita las correas del vestido y las baja por mis brazos en forma de caricias. Mi vestido cae al suelo, haciendo una piscina alrededor de mis pies.


Puedo sentir su caliente aliento soplar contra la piel de mi espalda, haciéndome temblar. Mueve su mano a mi cuello y hace el cabello a un lado, se inclina y coloca delicados besos ahí.


- Eres la mujer más hermosa en esta tierra. Te amo, Paula. Para siempre - susurra en mi oído.


- ¿Lo prometes? - digo moviendo mi mano detrás de mí hacia su cuello y enredando mis dedos en su cabello.


- Para siempre - declara. Dándome la vuelta para enfrentarlo, muevo mis manos hacia su camisa y desabrocho los botones deslizándola hacia abajo por sus hombros. Mis manos acarician su pecho, tomando tiempo extra en la cicatriz justo a la izquierda de su corazón y luego coloco un suave beso en ella.


Se agacha y coloca sus manos detrás de mis rodillas, levantándome y recostándome en la cama. Trepando cuidadosamente encima de mí para asegurarse de que no pone todo su peso sobre mi vientre, toma mi boca en un beso apasionado. Muevo mis manos más abajo y trabajo su pantalón abriéndolo y eliminándolo. Libera un silbido cuando lo tomo en mi mano y acaricio su regalo de Dios.


- Te deseo, Pedro - ruego.  


- Ah, me vas a tener, cariño - gime en mi boca.


Me mueve de tal manera que estoy sobre mi costado y su pecho está una vez más presionando contra mi espalda. Su mano agarra mi pierna y la engancha sobre su muslo abriéndome a él mientras me penetra por detrás en una sola estocada lenta y tortuosa. Sus dos brazos envuelven mi cintura y sus manos frotan mi hinchado vientre.


Recuesto mi cuerpo contra su pecho, cierro los ojos y sonrío cuando siento el tamborileo de su corazón en mi espalda. Me consuela cuando siento el ritmo acelerar con cada delicioso movimiento que hace con sus caderas.


Pedro - gimo.  


- Disfrútalo, nena. Aquí es donde todo comienza - dice.


Vuelvo la cabeza hacia un lado y su boca instantáneamente busca la mía. Traga los sonidos de mis gemidos mientras sigue tomándome lento y suave hasta que ambos alcanzamos nuestra liberación sexual juntos.


Después de que ambos hemos terminado de alcanzar el clímax y me mete en su costado.


- Duerme, cariño - susurra en mi oído.


- De acuerdo. Te amo, Sr. Alfonso- Me gusta el sonido de eso.


- Te amo, Sra. Alfonso  Me gusta el sonido de eso aún más.
Y nos dormimos.